Los Santos Maestros de la Oracion

1. Jesús, modelo de oración 25 porque nos detenemos en las apariencias, pero si nos dejamos educar por la oración de Jesús, encontraremos cada vez más fácilmente. 3.5. La acción de gracias en la Última Cena Entre las oraciones de acción de gracias de Jesús, la de la Última Cena es la más significativa de todas. Para comprender mejor toda la riqueza de su significado, es muy útil acercarla a los episodios que ya hemos visto anteriormente. La iluminan, cada uno a su manera. 3.5.1. Pan para la vida del mundo La relación más evidente de la oración de la Última Cena es con la de la multiplicación de los panes. En la Última Cena, como antes de la multiplicación de los panes, Jesús toma el pan, pronuncia la bendición con la que da gracias a Dios, luego parte el pan y lo distribuye. Los evangelistas han subrayado la relación con la multiplicación de los panes, usando las mismas expresiones. Incluso aquí, por lo tanto, podríamos decir que a primera vista, esta oración de Jesús se presenta como un hecho ordinario de la vida cotidiana; y, a diferencia de la multiplicación de los panes, el episodio permanece exteriormente como ordinario: los trozos de pan no se multiplican; esto no es necesario, porque los comensales no son tan numerosos. Sin embargo, las palabras de Jesús actúan de tal manera que hacen que este hecho ordinario adquiera una profundidad extraordinaria. Después de haber dado gracias, Jesús dice: «Tomad, comed, esto es mi cuerpo que se entrega por vosotros...». Estas palabras están en relación con el agradecimiento y le dan un contenido riquísimo, inagotable. Todo el acontecimiento se caracteriza por la acción de gracias, hasta el punto de que la Iglesia lo ha llamado «eucaristía», es decir agradecimiento. Tratemos de ver las riquezas contenidas rico en el simple participio griego eucharistesas, «habiendo dado gracias». Jesús toma el pan y dice: «Padre, te doy las gracias por este pan que me das, tú que eres el creador de todas las cosas, la fuente de toda vida, tú que alimentas generosamente a todas tus criaturas. Te doy las gracias por este pan que yo, continuando el movimiento de su generosidad, puedo distribuir a mis hermanos». Este es el primer sentido de la acción de gracias, un sentido que corresponde con la primera característica de la situación: un alimento comido juntamente, una hermosa realidad que tiene una relación especial con la paternidad de Dios, fuente de vida y de comunión fraterna. Sin embargo, Jesús sabe muy bien que esta cena no será una cena normal, que este pan no permanecerá como un pan común, alimento material. Mientras da gracias, sabe lo que va a hacer. Jesús ve que el Padre le da la posibilidad de un don incomparablemente más grande, más eficaz, más generoso, la posibilidad de dar el pan del cielo para comunicar la vida divina. Lo había dicho ya en el discurso del Pan de Vida: «No fue Moisés

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