Los Santos Maestros de la Oracion

1. Jesús, modelo de oración 19 plicación de los panes en Mateo y en Marcos (Mt 14, 19 y Mc 6, 41) y en el texto paralelo de Lucas (9, 16). Lo mismo sucede en la Última Cena con el pan eucarístico según Mateo y Marcos: «Ahora bien, mientras comían, Jesús tomó el pan y, pronunciada la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Tomad y comed, esto es mi cuerpo”» (Mt 26, 26, cf. Mc 14, 22). Y también en la aparición de Jesús resucitado a los discípulos de Emaús (Lc 24, 30). Los textos griegos tienen a menudo el simple verbo «bendecir», sin complemento; el complemento implícito no es el pan, sino Dios: Jesús bendice a Dios en referencia al pan. La fórmula completa «bendecir a Dios» se encuentra, por ejemplo, en Lucas 1, 64, donde se dice que en el nacimiento de Juan Bautista su padre, «hablaba bendiciendo a Dios»; Zacarías decía: «Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo...» (Lc 1, 68). Del mismo modo Jesús dice: «Bendito seas, Padre, que nos das este pan...». Cuando el verbo tiene un complemento (cf. Mc 8, 7; Lc 9, 16), hay un matiz diferente: se trata de que descienda la bendición divina sobre las cosas o las personas que son bendecidas, es decir, insertarlas en la corriente de la vida que viene de Dios. ¿Cuál es la diferencia entre «bendecir a Dios» y «dar gracias a Dios»? No es tanto de significado, cuanto de origen lingüístico. Las dos expresiones tratan de expresar una actitud de agradecimiento, de gratitud, pero «bendecir a Dios» proviene del lenguaje semítico, mientras que «dar gracias a Dios» proviene del idioma greco-helenístico. De hecho, el hebreo antiguo no tenía un término específico para decir «gracias», como tampoco lo tenía para decir «promesa». Para expresar estas ideas, se recurría a perífrasis o a palabras aproximadas. Uno de los términos utilizados para expresar la gratitud era el verbo «bendecir» (en hebreo barak; en griego eulogein). Así se explica que en la traducción griega del Antiguo Testamento hebreo nunca encontramos el verbo eucharistein, «dar gracias», y que en el Nuevo Testamento el verbo eulogein, «bendecir», a menudo es equivalente a eucharistein. En un texto, a propósito del pan, Pablo y Lucas usan eucharistein (1Cor 11, 24, Lc 22, 19), mientras que los otros utilizan eulogein, y, por el contrario, en otro texto, a propósito del cáliz, Pablo habla de bendición (1Cor 10, 16: «El cáliz de bendición»), mientras que los otros hablan de acción de gracias (Mt 26, 27, Mc 14, 23). A veces, en un mismo texto, algunos manuscritos presentan el verbo «dar gracias», mientras que otros tienen el verbo «bendecir» (cf. Mt 26, 26). 2.3. «Reconocer» En hebreo se usa a menudo otro verbo para expresar la gratitud, y encontramos su traducción griega en un pasaje de los Evangelios que refiere la oración de Jesús. Se trata de la célebre efusión del alma de Jesús, cuando «se regocijó en el Espíritu Santo y dijo: “Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los

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