Orar en la enfermedad y en la muerte

8 9 Invocación Corazón inmaculado de María, refugio de los pecadores, madre del buen consejo, ven en nuestra ayuda. Acordaos Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorando tu auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a ti también acudo, Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante tu presencia. Madre de Dios, no deseches mis súplicas, antes bien, escúchalas y acógelas benignamente. Amén. Oración de abandono Padre, me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras, sea lo que sea, te doy las gracias. Estoy dispuesto a todo, lo acepto todo, con tal que tu voluntad se cumpla en mí, Avemaría Dios te salve, María, llena eres de gracia el Señor es contigo; bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la ahora de nuestra muerte. Amén. Bendita sea tu pureza Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen sagrada, María, yo te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía. Bajo tu amparo Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios; no desoigas las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita! Amén.

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