El artículo del mes

Oremos por las intenciones del papa Francisco por Pablo Cervera Barranco

«Red Mundial de Oración» (Apostolado de la Oración) durante el mes de Abril 2024

Orar por el papa y sus intenciones pertenece a la esencia de la vida cristiana. Nuestra oración por el sucesor de Pedro se encuentra a diario en la plegaria eucarística, corazón de la celebración de la santa Misa: «Acuérdate, Señor, de tu Iglesia, extendida por toda la ­tierra, y con el papa Francisco…»

El papa confía cada mes a su Red Mundial de Oración, el Apos­tolado de la Oración, dos intenciones (una anunciada al comienzo del año y la otra en la inmediatez del mes en curso) que expresan sus grandes preocupaciones por la humanidad y por la misión de la Iglesia. Son una convocatoria mundial para transformar nuestra plegaria en «gestos concretos». Resumen su plan de acción para movilizarnos cada mes por un propósito concreto que nos invita a construir un mundo más humano y más divino.

Intención universal: Por el papel de la mujer

Oremos para que la dignidad y la riqueza de las mujeres sean reconocidas en todas las culturas, y para que cese la discriminación que sufren en diversas partes del mundo.

La mujer es reconocida en su igualdad y dignidad en relación al hombre desde las primeras páginas del Génesis. Otra cosa es que la praxia no se adecuara al proyecto divino que existió desde el principio. En efecto, la mujer, Ishá, «varona» en hebreo, es sacada del Ish, «varón», en el relato de todos conocido de la costilla. Hasta ese momento con ninguna criatura podía Adán establecer un diálogo de igualdad y de colaboración, de proyecto común. De ahí el grito «de asombro originario», como lo llamó Juan Pablo II: «Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne». La complementariedad femenina respecto del hombre se manifiesta en un abanico inmensamente rico de matices psicológicos, humanos, biológicos… Insistir en esta igualdad y rezar por ella debe estar al margen de toda ideología feminista, tan en boga, pues, para nosotros, cristianos, radica en el proyecto originario del Creador, no en aspectos socioculturales o políticos.

Ofrecimiento diario por la Iglesia y por el mundo

V/ Ven, Espíritu Santo,
inflama nuestro corazón
en las ansias redentoras
del Corazón de Cristo.

R/ Para que ofrezcamos
de veras nuestras personas y obras,
en unión con él
por la redención del mundo.

Señor mío y Dios mío Jesucristo:
por el Corazón Inmaculado de María
me consagro a tu Corazón,
y me ofrezco contigo al Padre
en tu santo sacrificio del altar,
con mi oración y mi trabajo,
sufrimientos y alegrías de hoy,
en reparación de nuestros peca­dos
y para que venga a nosotros tu reino.

Te pido en especial:
por el Papa y sus intenciones,
por nuestro obispo
y sus intenciones,
por nuestro párroco
y sus intenciones.